Impacto de los retrasos en la efectividad de las estrategias de rastreo de contactos para la COVID-19

Estudios COVID-19
23 julio 2020 | Centro Cochrane Iberoamericano


Mensajes clave

  • El estudio sugiere que minimizar el tiempo entre el inicio de los síntomas y las pruebas (retraso de la prueba) es el factor más importante para mejorar la efectividad del rastreo de contactos.
  • El retraso desde el inicio de los síntomas hasta recibir una prueba debe ser menor a tres días para conseguir un rastreo de contactos óptimo.
  • La mejora de la cobertura de pruebas y de rastreo, sumado a la reducción de los retrasos en el rastreo, podrían aumentar más la efectividad del rastreo de contactos.

Contexto

El rastreo de contactos es una estrategia fundamental durante las etapas de desescalada de las medidas de distanciamiento físico de una epidemia. Consiste en solicitar a un caso índice con una infección confirmada que brinde información acerca de los contactos que estaban en riesgo de contraer la infección dentro de un período de tiempo determinado. Estos contactos se rastrean, reciben información de su riesgo, son puestos en cuarentena y se evalúa si son candidatos para realizar la prueba de detección. Sigue habiendo mucha incertidumbre sobre el proceso óptimo de rastreo de contactos, con métodos convencionales o con aplicaciones móviles. Kretzschmar et al realizaron un estudio [1] utilizando un modelo matemático que describe los pasos y potenciales retrasos en el rastreo de contactos para COVID-19, con el objetivo de identificar los factores clave para maximizar la efectividad del rastreo de contactos.

Metodologia

Se asumió un número de reproducción efectiva para COVID-19 de 1. Se cuantificaron las contribuciones relativas de los diferentes componentes individuales de una estrategia de rastreo de contactos necesaria para conseguir y mantener un número de reproducción efectiva con el rastreo de contactos por debajo de 1. 

Se utilizó un modelo matemático estocástico con retrasos entre: a) el inicio de los síntomas y el diagnóstico mediante la realización de una prueba y el aislamiento (retraso de la prueba); b) la prueba positiva del caso índice y el momento del rastreo de contactos y cuarentena de estos (retraso del rastreo). Se asumió que el retraso de la prueba podría oscilar entre 0 y 7 días, y el retraso del rastreo entre 0 días (para el uso de aplicaciones móviles) y 3 días (para estrategias convencionales). 

Se consideraron dos estrategias de rastreo de contactos: la convencional y el rastreo con el uso de aplicaciones tecnológicas. No se consideraron estrategias híbridas. Se compararon estas estrategias con la estrategia de distanciamiento físico y la estrategia de aislamiento. Se asumió como escenario óptimo alcanzar un 80% en la realización de la prueba y en el rastreo de contactos, tener un mínimo retraso en el diagnóstico (retraso de la prueba: 0 días) y un aislamiento inmediato al obtener un resultado positivo, y un rastreo de contactos inmediato (retraso del rastreo: 0 días). En el modelo, este escenario óptimo sólo era factible con el uso de aplicaciones móviles. Se consideraron escenarios más reales donde el tiempo de realización de la prueba y del seguimiento de contactos eran subóptimos. Estos parámetros se utilizaron en los análisis de sensibilidad. 

El modelo distinguía entre contactos cercanos y contactos casuales. Se estimó que la probabilidad de transmisión para un contacto cercano era cuatro veces más que para un contacto casual. 

Se calculó el número de reproducción efectiva para una población con medidas de distanciamiento físico y para varios escenarios de aislamiento del caso índice y rastreo y cuarentena de sus contactos. Para el rastreo de contactos convencional se asumió un valor de cobertura de realización de pruebas del 80% y un mayor rastreo para los contactos cercanos que para los casuales (80% vs. 50%, respectivamente). Se analizó el efecto de diferentes retrasos en la prueba y retrasos en el rastreo. Se comparó la efectividad del rastreo convencional frente a un escenario en el que se utilizaban aplicaciones tecnológicas para alertar a las personas de la realización de la prueba diagnóstica y para el rastreo de contactos. En este escenario se asumió un menor retraso de realización de las pruebas. Así mismo, se asumió un 80% de cobertura de rastreo de contactos como el mejor escenario posible, pero también se tuvieron en cuenta otros porcentajes menores de cobertura. 

Información de interés

En un escenario sin rastreo de contactos, con una cobertura de realización de pruebas del 80% y aislamiento dentro del primer día después del inicio de los síntomas, el modelo estima que el número efectivo de reproducción disminuye de 1,2 a un 1,0 (IC 95% 0,9–1,1). En el escenario óptimo con un 80% de cobertura de realización de pruebas, retrasos de prueba y rastreo de 0 días, y una cobertura de rastreo del 80%, el modelo predice una reducción del 30% del número efectivo de reproducción hasta 0,8 (0,7–1,0). Si el retraso de la prueba se aproxima a dos días, el retraso del rastreo debe ser de máximo un día o la cobertura de rastreo debe ser al menos del 80% para mantener el número de reproducción por debajo de 1. Una vez que el retraso de la prueba se convierte en tres días o más, incluso con el rastreo de contactos perfecto (es decir, 100% de cobertura de prueba y rastreo sin retraso) el modelo estima que no se puede alcanzar un valor de reproducción por debajo de 1.

Con una cobertura de realización de pruebas del 80%, el modelo predice que el rastreo de contacto convencional es menos efectivo que el rastreo de contacto basado en aplicaciones móviles, debido a retrasos en el rastreo y a una menor cobertura de rastreo. La efectividad de las aplicaciones móviles disminuye en función del uso que le dé la población. Sin embargo, según el modelo, el uso de las aplicaciones móviles podría ser más efectivo que el rastreo convencional, incluso con una cobertura del 20%, debido a su rapidez en el rastreo.

El modelo estima que con retrasos de la prueba y de rastreo de 0 días, el 79,9% de las transmisiones pueden prevenirse si la cobertura de rastreo es del 80%. Cuando el retraso de la prueba se incrementa a tres días con un retraso de rastreo de 0 días, el porcentaje de transmisión evitada se reduce a 41,8%. Si el retraso del rastreo se incrementa a tres días, el modelo predice que solo se puede evitar el 21,0% de las transmisiones posteriores.

En conclusión, a través de un modelo matemático, se ha cuantificado la relevancia de los retrasos y de la cobertura de contactos rastreados para controlar la transmisión de SARS-CoV-2. Según el estudio, minimizar el retraso de la prueba es el factor más importante para mejorar la efectividad del rastreo de contactos. La optimización de la cobertura de pruebas y de rastreo, sumado a la minimización de los retrasos en el rastreo, podrían aumentar más la efectividad del rastreo de contactos. Según los resultados de este modelo matemático, se debe optimizar el acceso a las pruebas, y la tecnología de aplicaciones móviles podría reducir los retrasos en el proceso de seguimiento de contactos y optimizar la cobertura de seguimiento de contactos.

Referencias 

[1] Kretzschmar ME Rozhnova G Bootsma M van Boven M van de Wijgert J Bonten M. Impact of delays on effectiveness of contact tracing strategies for COVID-19: a modelling study. Lancet Public Health. 2020; (published online July 16.) doi: 10.1016/S2468-2667(20)30157-2