Cochrane ayuda a lanzar la nueva guía de la OMS sobre mejores prácticas para ensayos clínicos

Eva Madrid

Cochrane ha ayudado a lanzar la nueva guía de la OMS sobre mejores prácticas para ensayos clínicos. Este documento, al que contribuyó la editora jefe de Cochrane, Karla Soares-Weiser, pretende reforzar las normas mundiales en materia de organización, diseño, realización, análisis y notificación de ensayos clínicos. Eva Madrid (en la foto), directora de la nueva Unidad de Síntesis de la Evidencia de Cochrane Iberoamérica, intervino en el panel del acto de presentación de la nueva guía, destacando la necesidad de un mayor compromiso entre quienes realizan ensayos clínicos y la comunidad de síntesis de la evidencia.

En su intervención, Eva Madrid señaló que "ignorar la evidencia existente conduce a hallazgos redundantes y no prioriza los vacíos que necesitamos llenar, perdiendo la oportunidad de resolver incertidumbres clínicas con ensayos clínicos".

Eva Madrid:
«Ignorar la evidencia existente conduce a hallazgos redundantes y no prioriza los vacíos que necesitamos llenar, perdiendo la oportunidad de resolver incertidumbres clínicas con ensayos clínicos»

En su discurso de apertura, Jeremy Farrar, científico jefe de la OMS, destacó que "los ensayos clínicos son la base de la formulación de políticas clínicas y de salud pública y la formulación de políticas está basada en evidencia" e instó a que no sólo se establezcan en tiempos de crisis y se utilicen "para responder preguntas de importancia crítica, clínicas y de salud pública todo el tiempo". 

La nueva guía, que se puede descargar en PDF en la web de la OMS, ofrece recomendaciones prácticas para ayudar a las autoridades sanitarias nacionales, las autoridades reguladoras, los financiadores y otros a facilitar ensayos clínicos e investigaciones eficaces. Las recomendaciones clave se centran en mejorar el diseño de los ensayos para garantizar la relevancia de la investigación; un énfasis en los estándares científicos y éticos; fortalecimiento de la capacidad y apoyo a la infraestructura de investigación sostenible; mejorar la transparencia de los ensayos clínicos; y reformas para permitir que grupos subrepresentados participen en ensayos clínicos.

Este documento responde al llamamiento de la resolución 75.8 de la Asamblea Mundial de la Salud, que enfatizó la necesidad urgente de mejorar los ecosistemas de ensayos clínicos tanto globales como locales para generar evidencia de alta calidad sobre las intervenciones de salud.