La nueva evidencia publicada esta semana en la Biblioteca Cochrane nos da pruebas sólidas de que las caídas en personas mayores de sesenta años pueden prevenirse con programas de ejercicios.
Las caídas son una de las principales causas de muerte por lesiones por accidente o lesiones no intencionadas en todo el mundo. Los adultos de mayor edad sufren un gran número de caídas fatales y más de 37 millones de caídas son, cada año, lo suficientemente graves como para requerir atención médica.
Una nueva Revisión Cochrane realizada por un equipo compuesto por investigadores de la Universidad de Sydney, en Australia, y la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, resume los resultados de 108 ensayos controlados aleatorios con 23,407 participantes de 25 países distintos. La edad media de los participantes en los estudios fue de 76 años y tres cuartos de ellos eran mujeres. Ochenta y uno de estos ensayos compararon el ejercicio (de todo tipo) versus la intervención de control (no hacer ejercicio o hacer un ejercicio mínimo suave que no reduce las caídas) en personas que viven de forma independiente en casa, en un complejo residencial para jubilados o en viviendas protegidas.
La revisión examinó dos formas diferentes de medir las caídas. En primer lugar, encontraron que el ejercicio reduce, a lo largo del tiempo, el número de caídas en alrededor de un cuarto (reducción del 23%). Esto significa que si hubiera 850 caídas en 1000 personas mayores que no realizaron ejercicios de prevención de caídas durante un año, habría 195 caídas menos entre las personas que realizaron ejercicios de prevención de caídas. También encontraron que el ejercicio reduce el número de personas que tienen una o más caídas (número de personas que caen) en aproximadamente un sexto (reducción del 15%). Por ejemplo, si 480 de cada 1000 personas experimentaron una o más caídas en un año, participar en programas de ejercicio reduciría la cantidad de personas que caen en 72 personas.
La revisión encontró que fueron efectivos los programas de ejercicios realizados en clases grupales o en casa, prescrito por un profesional de la salud (como un fisioterapeuta) o entrenador físico. La mayoría de los ejercicios se realizaron de pie, ya que esto mejora el equilibrio y la capacidad para realizar actividades diarias como levantarse de una silla baja o subir escaleras. Algunos programas efectivos de ejercicios también usaron pesas para hacer los ejercicios más difíciles.
Los resultados de los estudios variaron, por lo que los investigadores evaluaron diferentes tipos de programas de ejercicio para ver cómo se comparaban. Existe una evidencia de certeza alta de que los programas que involucran principalmente ejercicios de equilibrio y ejercicios funcionales reducen las caídas, mientras que hubo menos certeza acerca de los programas que incluyen múltiples categorías de ejercicios (con más frecuencia, principalmente ejercicios de equilibrio y ejercicios funcionales además de ejercicios de resistencia). El Tai Chi también puede prevenir las caídas, pero existe evidencia incierta sobre la efectividad de los ejercicios de resistencia (sin ejercicios de equilibrio ni ejercicios funcionales), como bailar o caminar.
La certeza de la evidencia del efecto global del ejercicio sobre la prevención de caídas fue alta. Sin embargo, los hallazgos que el ejercicio reduce las fracturas y la necesidad de atención médica son menos seguros, lo que refleja, en parte, el número relativamente pequeño de estudios y participantes para esos resultados.
La información dada sobre los efectos secundarios del ejercicio en los ensayos fue limitada, pero cuando se informaron efectos secundarios, por lo general no eran graves, como dolor en las articulaciones o en los músculos, aunque un ensayo informó de una fractura por estrés pélvico.
La autora, la profesora Cathie Sherrington de la Universidad de Sydney, Instituto de Salud Musculoesquelética dijo: “Esta evidencia ayuda a construir una imagen aún más sólida de que el ejercicio puede ayudar a prevenir que las personas mayores se caigan. También ilustra qué tipos de ejercicio pueden ser beneficiosos. Es bien sabido que mantenerse activo promueve la buena salud, pero esta revisión señala qué tipos de ejercicio tienen más probabilidades de ser eficaces para prevenir las caídas”.
“Se necesitan más estudios para establecer la repercusión del ejercicio en las fracturas relacionadas con las caídas y las caídas que requieren atención médica porque tienen un impacto importante para el individuo y son particularmente costosos para los sistemas de salud. También se requiere investigación adicional para establecer la efectividad de los programas de prevención de caídas en economías emergentes donde la carga de las caídas está aumentando más rápidamente que en los países desarrollados debido al rápido envejecimiento de la población”.
Esta Revisión Cochrane fue apoyada por el Grupo Cochrane de Lesiones óseas, articulares y musculares, con sede en la Universidad de Manchester, en el Reino Unido, y por la Red de Cuidados Agudos y de Emergencia de Cochrane. Este proyecto fue financiado en parte por el Instituto Nacional de Investigación en Salud (NIHR, por sus siglas en inglés) a través de fondos de infraestructura Cochrane para el Grupo Cochrane. La financiación adicional para la revisión se realizó a través del Instituto Nacional para la Investigación de la Salud (Reino Unido): Revisión Cochrane NIHR del conjunto de prioridades NICE, referencia del proyecto: NIHR127512. Las opiniones expresadas en este documento son las de los autores y no necesariamente reflejan las del Programa de revisiones sistemáticas, NIHR, NHS o el Departamento de salud. Las becas del Consejo Nacional de Salud e Investigación Médica de Australia proporcionaron fondos salariales para varios de los autor.
Enlace a la revisión: https://www.cochranelibrary.com/es/cdsr/doi/10.1002/14651858.CD012424.pub2/full/es