Comer menos grasas saturadas puede reducir el riesgo cardiovascular, según concluye una revisión sistemática Cochrane actualizada

Las guías de salud sugieren que un menor consumo de grasa saturada reduciendo la ingesta de grasas animales puede ser beneficioso para la salud. La actualización de una revisión sistemática Cochrane que ha analizado esta cuestión concluye que reducir el consumo de grasas animales puede disminuir un 21% el riesgo de sufrir alguna enfermedad cardiovascular, aunque tiene poco efecto sobre el riesgo total de muerte por causa cardiovascular (certeza de la evidencia moderada).

En el proceso de actualización de esta revisión, los autores buscaban conocer si el seguimiento de estos consejos resultaba en un menor riesgo de muerte o de sufrir una enfermedad cardiovascular (enfermedad del corazón o ictus). Se evaluó el efecto de sustituir las grasas animales y grasas vegetales duras por aceites vegetales, alimentos untables insaturados o alimentos almidonados durante al menos dos años sobre el riesgo de muerte, enfermedad del corazón o ictus. Solo se consideraron estudios en adultos (de 18 años de edad o mayores), hombres y mujeres con y sin enfermedad cardiovascular. No se incluyeron estudios con personas con enfermedades agudas, embarazadas o en periodo de lactancia.

Los autores de la revisión identificaron 15 estudios con más de 59.000 participantes. La revisión encontró que reducir el consumo de grasa saturada disminuye  el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular (incluidas enfermedades del corazón e ictus) en un 21%, pero se observó un efecto pequeño sobre el riesgo de muerte. La revisión mostró que los beneficios en la salud fueron consecuencia de sustituir las grasas saturadas por grasas poliinsaturadas o alimentos almidonados. Cuanto mayor es la disminución de grasas saturadas, y cuanto más se reduce el colesterol total en suero, mayor es la protección contra eventos cardiovasculares. Las personas que actualmente están sanas parecen beneficiarse tanto como aquellas con mayor riesgo de enfermedad cardíaca o ictus (personas con tensión arterial alta, colesterol alto en suero o diabetes, por ejemplo), y personas que ya han tenido una enfermedad cardíaca o ictus. No hubo diferencia en el efecto entre hombres y mujeres.

Esto significa que, si 56 personas sin enfermedad cardiovascular, o 32 personas que ya tienen enfermedad cardiovascular, reducen el consumo de grasa saturada durante aproximadamente cuatro años, se evitaría un evento cardiovascular (infarto o ictus).

Existe una gran cantidad de evidencia que evalúa los efectos de reducir la ingesta de grasa saturada durante al menos dos años. Estos estudios sugieren que un menor consumo de grasas saturadas puede reducir el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.

Puede leer la revisión completa aquí.