Una revisión Cochrane ha analizado el efecto de distintas intervenciones para mejorar el acceso a alimentos nutritivos (como las transferencias monetarias incondicionales o TIDE y las condicionadas de dinero en efectivo o TCDE, y las intervenciones de generación de ingresos, entre otras) a nivel comunitario en individuos, hogares y comunidades en los países de ingresos medios y bajos. El desenlace principal analizado fue la seguridad alimentaria, medida a través de la prevalencia de la desnutrición, la proporción del gasto familiar en alimentos y la proporción de personas y hogares que tuvieron una dieta variada, es decir, consumieron alimentos de diversos grupos. Otros desenlaces reflejaron el estado nutricional de las personas, como el crecimiento de los niños, el bajo peso corporal o la función cognitiva. El conjunto de evidencia indica que las TIDE pueden mejorar la seguridad alimentaria; las intervenciones de generación de ingresos no parecen marcar diferencia en la seguridad alimentaria, pero la evidencia no está clara para las demás intervenciones.
El número de personas en el mundo que no dispone de suficiente para comer ha aumentado desde 2015. Muchas de estas personas viven en países de ingresos medios y bajos, especialmente de Asia y África. Se habla de inseguridad alimentaria cuando las personas no tienen acceso físico, social o económico a alimentos suficientes, seguros y nutritivos para mantenerse sanos, es decir, no tienen suficiente dinero para comprar alimentos o no tienen cerca ningún lugar donde comprarlos u obtenerlos. La inseguridad alimentaria afecta a la salud, a la situación socioeconómica de las personas y comunidades.
En el contexto de la actual pandemia de la covid-19, la inseguridad alimentaria ha aumentado como resultado de las medidas introducidas en todo el mundo para evitar la propagación de la enfermedad. El confinamiento limita el movimiento de las personas y su capacidad laboral, lo cual deriva en la pérdida de su fuente de ingresos y de sustento. La interrupción del suministro de alimentos, desde la cosecha hasta el transporte, afecta negativamente a los precios y la disponibilidad de los alimentos. Asimismo, el cierre de escuelas afecta a millones de niños que acceden a los alimentos a través de programas de comidas escolares. Los efectos del bloqueo se sienten en todas partes, pero afectan de manera desproporcionada a las personas más pobres y vulnerables.
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