Intervenciones no médicas para el miedo al parto en el embarazo

El miedo al parto, normal en las embarazadas, sobre todo las primerizas, puede llegar hasta un nivel extremo, conocido como tocofobia, que tiene un impacto considerable en la vida de las mujeres. Una reciente revisión Cohrane ha analizado si los tratamientos no médicos (psicoeducación, la terapia cognitivo‐conductual, la discusión en grupo, la educación entre iguales y la terapia artística) eran mejores que la atención médica estándar que se proporciona a las embarazadas. A continuación se explican, en términos sencillos, los mensajes clave y otros detalles para entender y contextualizar esta revisión.   

Mensajes clave

Aunque los tratamientos sin medicamentos podrían reducir los niveles de miedo de las embarazadas con miedo al parto de alto a grave en comparación con la atención materna estándar, la reducción podría no representar un cambio significativo en su nivel de miedo. Los tratamientos no farmacológicos probablemente reducen el número de mujeres a las que se les practica una cesárea, que es cuando el bebé nace mediante cirugía. Los estudios de investigación futuros en este ámbito se deberían centrar en medir los niveles de ansiedad en las mujeres con un miedo alto o grave al parto.

¿Qué es el miedo al parto?

El miedo al parto puede variar desde preocupaciones y ansiedades menores sobre el parto, hasta un miedo intenso al parto que tiene un impacto considerable en la vida de las mujeres, causa angustia y afecta su bienestar mental. Un nivel de miedo al parto de alto a grave podría incluir niveles extremos de miedo, también conocido como "tocofobia".

Es normal que las embarazadas (sobre todo las primerizas) estén ansiosas, preocupadas o temerosas de dar a luz. Sin embargo, algunas mujeres tienen mucho miedo relacionado con el parto y un número menor tiene un miedo grave al parto o "tocofobia". Estas mujeres:

  • podrían tener sentimientos de aislamiento, culpa y vergüenza; podrían optar por interrumpir un embarazo sano, ocultar un embarazo o negarlo;
  • podrían tener dificultades para prepararse para el parto o para acceder a la información sobre el embarazo debido a su miedo y podrían tener problemas para establecer un vínculo con su recién nacido;
  • podrían tener insomnio, pesadillas, dolores de estómago, depresión y ansiedad, que les lleve a sufrir ataques de pánico.

Las mujeres con un miedo al parto de alto a grave tienen más probabilidades de tener un parto por cesárea programado o de emergencia, un parto instrumental y experimentar efectos físicos relacionados con el miedo, como la prolongación del trabajo de parto. Las mujeres con mucho miedo al parto sin antecedentes de depresión tienen más probabilidades de sufrir una depresión posparto.

¿Cómo se trata el miedo al parto?

Las causas del miedo al parto son complejas y únicas para cada mujer. En muchos lugares del mundo no se reconoce ni se contempla el miedo alto o grave al parto en la atención a la maternidad. Es necesario investigar formas de tratar el miedo al parto.

Los tratamientos efectivos ayudarían a las mujeres a confiar en su capacidad para dar a luz, les darían formas de afrontar el trabajo de parto y poder de decisión durante el embarazo y el proceso del parto.

Los tratamientos tienen como objetivo proporcionar apoyo adicional a las mujeres, e incluyen:

  • educación sensible sobre el proceso del parto; desarrollo de habilidades para la resolución de problemas;
  • enseñar estrategias de afrontamiento del trabajo de parto, y
  • afirmar que es posible controlar los episodios negativos del parto.

¿Qué se quería averiguar?

Se quería averiguar si los tratamientos no farmacológicos (no médicos) eran mejores que la atención materna estándar que se proporciona a las embarazadas en términos de:

  • reducción del nivel de miedo de las mujeres, medido por un cuestionario ampliamente utilizado para el miedo al parto;
  • reducción del número de mujeres que tienen un parto por cesárea, y
  • reducción de la ansiedad y la depresión.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que investigaran los tratamientos no farmacológicos destinados a reducir el miedo al parto. Se compararon y resumieron los resultados de estos estudios, y la confianza en la evidencia según factores como la metodología y el tamaño de los estudios.

¿Qué se encontró?

Se encontraron siete estudios en los que participaron 1357 embarazadas con un miedo al parto de alto a grave, incluida la tocofobia. Los estudios investigaron diferentes tipos de tratamiento, que incluyeron:

  • psicoeducación (una forma estructurada de educación ofrecida a las personas con problemas de salud mental);
  • terapia cognitivo‐conductual (una "terapia de conversación" que pretende ayudar a identificar y cambiar los patrones de pensamiento subyacentes);
  • discusión en grupo; enseñanza por parte de otras embarazadas, y
  • terapia artística

Los estudios se realizaron en cinco países (Australia, Irán, Suecia, Finlandia y Turquía).

Se encontró que los tratamientos no farmacológicos:

  • podrían reducir el miedo al parto cuando se mide con un cuestionario ampliamente utilizado, aunque la reducción podría no representar un cambio significativo en el nivel de miedo de las mujeres;
  • probablemente reduzcan el número de mujeres que dan a luz por cesárea (el 28% de las mujeres que recibieron tratamientos no farmacológicos tuvieron cesáreas, en comparación con el 40% de las mujeres que no recibieron tratamiento por miedo al parto), y
  • podrían suponer una diferencia mínima o nula en comparación con la atención materna estándar en cuanto a las puntuaciones de depresión de las mujeres

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

La confianza en la evidencia es limitada porque los estudios se realizaron de tal manera que sus resultados podrían ser inexactos, y porque hubo un escaso número de mujeres en los estudios.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

La evidencia de esta revisión está actualizada hasta julio de 2020.

13.07.2021