Poner la evidencia y la comunicación en primera línea permitiría salvar millones de vidas en una pandemia

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  • El nuevo informe de Cochrane Convenes recomienda a quienes financian, producen y usan la evidencia científica a actuar de manera urgente para garantizar que el mundo esté mejor preparado ante una pandemia

La covid-19 ha centrado más que nunca la atención de todo el mundo en la evidencia en salud. Mientras Cochrane y otras organizaciones sintetizaban miles de estudios sobre covid-19 para ayudar a los responsables de tomar decisiones a dar sentido a la evidencia, los gobiernos y otros organismos han "seguido las indicaciones de la ciencia", o han dicho hacerlo. La experiencia de estos años indica que no estábamos tan preparados para responder a la pandemia como podríamos haber estado.

Para aprender de la experiencia e identificar las áreas de mejora, Cochrane organizó en octubre de 2021 el evento Cochrane Convenes con los principales líderes mundiales en evidencia en salud. Sus conclusiones se publican hoy y muestran que se podrían salvar millones de vidas si situamos la evidencia y la comunicación sobre salud en primera línea en la preparación ante una pandemia.

El informe del evento, organizado en colaboración con la OMS y la red de evidencia COVID-END, analiza los retos a los que nos hemos enfrentado, presenta unas recomendaciones y hace un llamamiento a la acción “para que podamos estar mejor preparados para futuras emergencias sanitarias”, según Karla Soares-Weiser, editora jefe de Cochrane.

Los tres grandes retos que destaca el informe son:  
•    La respuesta de la evidencia a la pandemia de covid-19 no ha sido equitativa en el enfoque de la evidencia, así como en quién la ha estado produciendo y quién tiene acceso a ella.
•    Las metodologías, las herramientas y los procesos científicos actuales se han forzado al máximo para tratar de responder a las preguntas a la velocidad requerida.
•    Ante una infodemia, los investigadores han tenido dificultades para comunicar las incertidumbres científicas y ganar la confianza de los ciudadanos en la evidencia.

A lo largo de 2022, Cochrane colaborará con un grupo más amplio de expertos para impulsar las recomendaciones más urgentes, entre las que se encuentran:
•    Conseguir más apoyos para la creación de unidades de síntesis de la evidencia en países de ingresos bajos y medios para ayudar a abordar los desequilibrios mundiales. Esto significará que algunas de las comunidades más pobres del mundo tendrán acceso a evidencia relevante sobre lo que funciona en su región.
•    Invertir en comunicación científica, lo que reforzará nuestra capacidad de comunicar la incertidumbre de forma comprensible para los ciudadanos, así como ser más proactivos en la comunicación científica. 
•    Fortalecer las herramientas, las metodologías, los procesos y las relaciones para garantizar una respuesta rápida y pertinente de evidencia a nivel nacional y mundial para la próxima emergencia sanitaria mundial. 

El informe hace un llamamiento a otras partes interesadas en la producción y uso de evidencias para que tomen medidas urgentes:
•    A los patrocinadores, para que proporcionen recursos para cumplir las necesidades nacionales e internacionales, que deben abordar las desigualdades, y especialmente la financiación de generación de evidencia y su comunicación, redes e infraestructuras en los países de ingresos medios y bajos.
•    A los políticos, para que exijan evidencia; que sean transparentes acerca de cómo y qué evidencia utilizan a la hora de tomar sus decisiones y que exijan responsabilidades a quienes crean y comparten deliberadamente noticias falsas o desinformación.
•    A los investigadores, para que apoyen la transparencia y el intercambio de datos en la investigación y que alerten sobre los estudios fraudulentos.
•    A los comunicadores científicos, para que aprendan lo que funciona al comunicar la incertidumbre, generar confianza en las evidencias y contrarrestar las noticias falsas y la desinformación.

“La comunidad de Cochrane es una red mundial potente y diversa, que podemos aprovechar para impulsar el cambio. Por supuesto, no podemos, ni queremos, hacerlo solos. Espero que este informe sea, por tanto, un llamamiento a la acción dirigido a los patrocinadores, a los líderes políticos y a otros sectores de la comunidad investigadora para que se unan a nosotros en la aplicación de las recomendaciones», añadió Karla Soares-Weiser. 

Por su parte, John Grove, director del Departamento de Garantía de Calidad, Normas y Estándares de la OMS, señaló: "La OMS, con nuestro claro mandato global, seguirá centrando la atención en las cuestiones prioritarias, diseñando lo más relevante para los países, combatiendo la desinformación, impulsando la reducción de las desigualdades en el acceso a la mejor ciencia y redoblando las actividades para liderar y coordinar estos aspectos de la respuesta".

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