Una nueva colección especial Cochrane aborda el grave problema de salud que representa la mortinatalidad o nacimiento de bebés muertos (mortinatos). Esta colección especial se ha creado para destacar intervenciones basadas en la evidencia para reducir la mortinatalidad y mejorar la atención a las familias después de un mortinato y en un embarazo posterior, identificar a las mujeres con mayor riesgo de mortinatalidad y mejorar el conocimiento de las causas y los factores que contribuyen a la mortinatalidad.
La mortinatalidad es un importante problema de salud pública con una enorme carga de mortalidad mundial y un impacto psicosocial en las mujeres, las familias, las comunidades y los sistemas de salud. Utilizando la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que la considera a partir de 28 semanas de gestación, se produce un mortinato cada 16 segundos en todo el mundo. Sin embargo, la estimación mundial actual de 2 000 000 de mortinatos al año probablemente se trate de una subestimación significativa de la carga real, provocada por la escasez de datos. Debido a la peor calidad de la atención prenatal y perinatal y al menor acceso a la misma en los países de renta media y baja (PRMB), los mortinatos de menos de 28 semanas de gestación no se incluyen en las estimaciones mundiales, aunque la mayoría de los países de renta alta cuentan los mortinatos a partir de las 20 semanas de gestación.
El nacimiento de un bebé muerto es uno de los episodios más profundamente angustiantes que puede sufrir un padre y suele tener consecuencias psicológicas, sociales y económicas duraderas. Las mujeres que experimentan la pérdida de un bebé por mortinato dicen sentirse marginadas o pueden percibir que son un fracaso como madres o esposas, y en algunas comunidades estas mujeres son consideradas impuras o tabú. Muchas mujeres viven en comunidades en las que se espera de ellas que olviden su pérdida y "sigan adelante" para tener otro bebé. Para evitar la estigmatización y la vergüenza, las mujeres pueden ocultar por completo la muerte de sus bebés, lo que contribuye a que no se registre y a obstaculizar los esfuerzos de prevención. La atención del personal sanitario y de la comunidad es vital para la recuperación de los padres tras un episodio de mortinatalidad.
A pesar de la magnitud del problema y de las posibilidades de prevención, la mortinatalidad se ha descuidado en gran medida en la salud pública mundial. La falta de atención y reconocimiento de la mortinatalidad como una pérdida profunda, y en gran medida evitable, para las familias es a la vez resultado y condicionante del fatalismo y el estigma que impiden progresar para acabar con estas muertes evitables. La tragedia de los mortinatos se ve agravada por el hecho de que la mayoría de estas muertes son evitables.
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13.09.2021