Las gafas que se comercializan para proteger los ojos de la luz azul probablemente no influyen en la fatiga ocular causada por el uso del ordenador ni en la calidad del sueño, según una nueva revisión Cochrane de 17 ensayos controlados aleatorizados de la mejor evidencia disponible hasta el momento.
La revisión, dirigida por autores de la Universidad de Melbourne (Australia) y publicada en la revista Cochrane Database of Systematic Reviews, tampoco encontró evidencia de que las lentes con filtro de luz azul protejan contra los daños en la retina, el tejido sensible a la luz situado en la parte posterior del ojo.
Las lentes con filtro de luz azul, también conocidas como lentes bloqueadoras de luz azul, se han prescrito o recomendado cada vez más, a menudo por oculistas, desde principios de la década de 2000. Un estudio australiano basado en una encuesta en 2018 determinó que, de los 372 optometristas que respondieron, el 75 % prescribía estas lentes a pesar de reconocer limitaciones en la evidencia que respalda su uso.
El equipo Cochrane se propuso evaluar los efectos de las lentes con filtro de luz azul en comparación con las lentes sin filtro de luz azul para mejorar el rendimiento visual, proteger la retina y mejorar la calidad del sueño. Analizaron los datos de todos los ensayos controlados aleatorizados disponibles sobre el tema y encontraron 17 ensayos realizados en seis países. El número de participantes en los distintos estudios varió entre 5 y 156, y el periodo de tiempo durante el que se evaluaron las lentes oscilaba entre menos de un día y cinco semanas.
"Hemos encontrado que el uso de lentes con filtro de luz azul para reducir la fatiga visual asociada con el uso del ordenador podría no tener ventajas a corto plazo, en comparación con las lentes sin filtro de luz azul. Tampoco está claro en la actualidad si estas gafas afectan a la calidad de la visión o del sueño, y no se han podido sacar conclusiones sobre los posibles efectos en la salud de la retina a largo plazo. Las personas deberían tener en cuenta estos hallazgos a la hora de decidir si compran estas gafas", afirma Laura Downie, autora principal de esta revisión y profesora de Optometría y Ciencias de la Visión en la Universidad de Melbourne, en Australia.
“La revisión sistemática se realizó siguiendo la metodología Cochrane para garantizar la solidez de los hallazgos”, añade Downie. “Sin embargo, la certeza de los hallazgos está limitada por la calidad de la evidencia disponible. El corto período de seguimiento limitó nuestra capacidad de considerar posibles desenlaces a más largo plazo”.
El primer autor de la revisión, Sumeer Singh, investigador posdoctoral en el laboratorio de Downie, destaca que “todavía se necesitan grandes estudios de investigación clínica de alta calidad con un seguimiento más prolongado en poblaciones más diversas para determinar con mayor claridad los posibles efectos de las lentes con filtro de luz azul sobre el rendimiento visual, el sueño y la salud ocular. Deberían examinar si los desenlaces de eficacia y seguridad varían entre distintos grupos de personas y con el uso de distintos tipos de lentes”.
La revisión no encontró datos consistentes sobre efectos adversos por el uso de las gafas con filtro de luz azul. Los efectos tendieron a ser leves, poco frecuentes y temporales, e incluyeron incomodidad al llevar las gafas, dolores de cabeza y mal humor. Es probable que estos efectos estuvieran relacionados con el uso de las gafas en general, ya que se notificaron efectos similares con las gafas sin filtro de luz azul.
Laura Downie:
Nuestros hallazgos no apoyan la prescripción de gafas con filtro de luz azul a la población general, y estos resultados son relevantes para una amplia variedad de personas.
"En los últimos años, se ha debatido mucho si las gafas con filtro de luz azul tienen alguna utilidad en la práctica oftalmológica. La investigación ha demostrado que estas lentes se prescriben con frecuencia a los pacientes en muchas partes del mundo, y existe una serie de afirmaciones comerciales sobre sus posibles beneficios, como que pueden reducir la fatiga ocular asociada al uso de dispositivos digitales, mejorar la calidad del sueño y proteger la retina de los daños inducidos por la luz”, explica Laura Downie. “Los resultados de nuestra revisión, basados en datos relativamente limitados, muestran que la evidencia de estas afirmaciones no es concluyente y es incierta. Nuestros hallazgos no apoyan la prescripción de gafas con filtro de luz azul a la población general, y estos resultados son relevantes para una amplia variedad de personas, que incluyen los profesionales de la visión, los pacientes, los investigadores y la comunidad en general."
Se desconocen los posibles mecanismos por los que las gafas con filtro de luz azul podrían ayudar con la fatiga ocular, el sueño y la protección de la retina. Una de las razones por las que se afirman los beneficios de estas gafas es que los dispositivos digitales modernos, como los ordenadores y los teléfonos inteligentes, emiten más luz azul que las fuentes de iluminación tradicionales, y se utilizan durante más tiempo y más cerca de la hora de acostarse.
Según Singh, "la cantidad de luz azul que reciben nuestros ojos de fuentes artificiales, como las pantallas de ordenador, es aproximadamente una milésima parte de la que recibimos de la luz natural. También hay que tener en cuenta que las lentes con filtro de luz azul suelen filtrar entre el 10% y el 25% de la luz azul, según el producto. Filtrar niveles más altos de luz azul requeriría que las lentes tuvieran un tinte ámbar evidente, lo que tendría un efecto sustancial en la percepción del color".