Las medidas de salud pública adoptadas en muchos países frente a la pandemia de COVID-19, entre las que se incluyen el confinamiento global de la población, están causando una disrupción social y económica generalizada. Un nuevo documento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) pretende guiar la respuesta a nivel nacional y local, ofreciendo orientaciones para iniciar una transición progresiva para relajar las restricciones a la vez que se mantiene la pandemia bajo control.
Esta transición, según la OMS, debe basarse en la evidencia, apoyarse en datos y ser implementada gradualmente. En un nuevo comentario publicado en Evidencias COVID-19, en el que se analiza este documento, se resumen lo seis criterios que propone la OMS para alcanzar este objetivo:
- Control de la transmisión de la COVID-19 y número de casos nuevos
- Cambio de orientación en la respuesta del sistema, de la identificación de casos graves a la detección y aislamiento de todos los casos (detección, realización de pruebas, aislamiento, cuarentena)
- Riesgo de brotes en entornos de alta vulnerabilidad
- Medidas preventivas en los puestos de trabajo
- Gestión del riesgo de casos importados
- Compromiso de toda la comunidad
Para reducir el riesgo de nuevos brotes, según la OMS, las medidas de restricción deben ser levantadas de forma escalonada y gradual, basándose en una evaluación de los riesgos epidemiológicos y de los beneficios socioeconómicos de levantar tales restricciones en diferentes lugares de trabajo, centros educativos y actividades sociales (como conciertos, eventos religiosos o deportivos).
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