Los estudios más recientes han hallado que la terapia psicológica puede ayudar a aquellas personas que se autoinfligen daño.
El daño autoinfligido consiste en la autolesión o el autoenvenenamiento intencionado. Muchas personas que ingresan en el hospital a causa de esto están en riesgo elevado de hacerlo de nuevo e, incluso, de suicidarse. Es un problema importante en muchos países, supone un gran sufrimiento para pacientes, familiares y amigos, y conlleva una demanda significativa de servicios sanitarios.
Las intervenciones psicosociales podrían incluir psicoterapias específicas, además de mantener el contacto con el paciente y el apoyo a este. Las psicoterapias habitualmente son un tipo de terapia de conversación. La terapia cognitivo-conductual (TCC), un tipo específico de psicoterapia, se centra en cómo las creencias y actitudes de un paciente afectan a sus sentimientos y comportamientos, con la intención de ayudar a la persona a responder a sus problemas y lidiar con ellos.
Esta revisión actualizada y publicada recientemente por Cochrane, evalúa las pruebas sobre varias intervenciones psicosociales para adultos que se autoinfligen daño. La revisión incluye 55 ensayos, en los que 17 699 participantes fueron asignados de forma aleatoria a recibir una intervención psicosocial o la asistencia que recibirían normalmente.
Se utilizaron varias intervenciones; aquellas basadas en terapia cognitivo-conductual fueron las que se evaluaron con más frecuencia. En la mayoría de los estudios sobre terapia cognitivo-conductual, esta se realizó individualmente y en menos de diez sesiones. Algunas de las intervenciones tenían como objetivo ayudar a las personas con antecedentes de varios episodios de daño autoinfligido; otras, se centraban en ayudar a las personas a mantener su tratamiento y el contacto con los servicios de salud mental.
De los 55 estudios, 18 evaluaron la terapia cognitivo-conductual. Los autores Cochrane analizaron los datos de 17 que informaron sobre la reincidencia del daño autoinfligido. Al finalizar el seguimiento, las personas que habían recibido terapia cognitivo-conductual tenían menos probabilidades de autoinfligirse daño, aunque la calidad de las pruebas fue baja. Tras la terapia cognitivo-conductual, un 6% menos de personas se autoinfligían daño, en comparación con aquellas que no recibieron dicha terapia. Los beneficios de esta intervención también se observaron para el estado de ánimo deprimido, la desesperanza acerca del futuro y las ideas de suicidio. Otras intervenciones en personas con antecedentes de múltiples episodios de daño autoinfligido podrían ayudarles a realizarlo menos a menudo, pero tan solo un pequeño número de ensayos estudió estas intervenciones.
El autor principal, Keith Hawton, psiquiatra del Centro de Investigación del Suicidio (Centre for Suicide Research), Warneford Hospital, Oxford, dijo: «Aunque la mayoría de los estudios fueron pequeños, al juntarlos hallamos que la terapia cognitivo-conductual podía haber conllevado una reducción pequeña o modesta del número de pacientes que repitieron conductas de daño autoinfligido. Observamos algunas variaciones entre los resultados de los estudios. Además, la dificultad con los ensayos en esta área es que los pacientes son conscientes de que reciben la psicoterapia o la atención habitual (a diferencia de los ensayos con medicación controlados con placebo). Esta expectación podría haber influido en los resultados. Es importante tener en mente estas cuestiones al considerar las implicaciones de los hallazgos. Sin embargo, hubo indicios de que la terapia cognitivo-conductual también ayudó al bienestar emocional de los pacientes».
Keith Hawton añadió, «Los efectos de otros enfoques terapéuticos están menos claros porque principalmente se evaluaron en ensayos únicos pequeños. Los futuros estudios nos ayudarán a entender qué pacientes tienen más probabilidades de beneficiarse de este tipo de intervenciones para el daño autoinfligido. Es importante que las personas con esta afección sean conscientes de esto, para poder tomar decisiones informadas con respecto a su tratamiento».
Referencia: Hawton K, Witt K, Taylor Salisbury T, Arensman E, Gunnell D, Hazell P, Townsend E, van Heeringen K. Intervenciones psicosociales para el daño autoinfligido en adultos. Cochrane Database of Systematic Reviews 2016 Issue 5. Art. No.: CD012189. DOI: 10.1002/14651858.CD012189
Puede consultar la revisión en español aquí.