Los probióticos son probablemente efectivos para prevenir la diarrea asociada al consumo de antibióticos en niños de hasta 18 años, y en general se toleran bien. Por cada nueve niños tratados, los probióticos previenen un caso de diarrea. Asimismo, la evidencia sugiere que los probióticos podrían reducir de forma moderada la duración de la diarrea (reducción de casi un día). Los efectos secundarios se presentan con poca frecuencia y son menores: erupción cutánea, náuseas, gases, flatulencias, distensión abdominal (sensación de hinchazón), estreñimiento, etc. Entre los diversos probióticos estudiados, el Lactobacillus rhamnosus y el Saccharomyces boulardii parecen ser los más apropiados para prevenir la diarrea en niños. Estos son algunos de los mensajes clave de la respuesta de abril del proyecto de divulgación científica Cochrane Responde, basada en una revisión Cochrane.
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